Sabemos que la planeación y el seguimiento es lo más importante para el cliente, por ende, durante este proceso nos encargamos de analizar los requerimientos del proyecto y crear prototipos para que el cliente tenga una visión más clara de los objetivos trazados.
Mediante la lista de requisitos, se elabora un listado de prioridades las cuales serán encaradas en la siguiente etapa del proyecto, es decir, desarrollo.
Durante cada sprint (un periodo de una a cuatro semanas) definido por Opta, el equipo de desarrollo entrega un avance del proyecto potencialmente entregable (utilizable). A continuación, Opta solicita a la parte interesada sus comentarios con respecto al producto entregado en cada sprint. Los comentarios vertidos son registradas nuevamente como requerimientos del proyecto.
La implementación comienza después de que el desarrollo haya sido aprobado, esto implica, pruebas de estrés y funcionalidad de la aplicación.
Este flujo ayuda a acelerar las comunicaciones entre el equipo de desarrollo y la parte interesada, además, asegura que los errores sean resueltos y que las actualizaciones de software se implementen de manera efectiva.
Ésta última fase se basa en optimizar el producto implementado. El objetivo es identificar y resolver los inconvenientes antes de que surjan los verdaderos problemas y la organización se vea afectada. La detección y corrección de errores (solución de problemas) son necesarias cuando una administración proactiva no puede predecir y mitigar las fallas.
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